MANUEL CARRA | |
MANUEL CARRA, TORERO DE CASTRIL Manuel Carra (Manuel Martínez Carra), nació en Castril de la Peña (Granada) el día 5 de diciembre de 1.938. Sus padres se trasladaron a Barcelona cuando él tenía solo siete meses. En Cataluña y concretamente en Barcelona le entró el gusanillo a la fiesta nacional viendo la película Currito de la Cruz de la que uno de los protagonistas era el gran matador de toros Pepín Martín Vázquez. También en la localidad catalana saltó de espontáneo en dos ocasiones por lo cual fue encarcelado en ambas, una de ellas en la cárcel modelo de Barcelona, cuando sucedió esto solamente contaba con quince años de edad. |
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Se anunció por aquel entonces en un concurso de noveles en la segunda plaza de Barcelona, la conocida como Las Arenas y se entretuvo en ganar el concurso y con ello empezó a sonar su nombre para torear en todos los pueblos de Cataluña: Vic, Olot, Sabadell, Gerona, y un largo etc. fueron las localidades catalanas donde comenzaron a degustar el buen hacer de este jovencísimo novillero. Después de torear mucho y bien por aquellos lares se dejó caer por nuestra Andalucía toreando en sitios tan importantes como: Huelva, Sevilla, Granada, etc. llegó hasta Baza donde según sus propias palabras “conocí a un gran amigo mío y un magnífico aficionado que me ayudaba y aconsejaba y que se llamaba Rogelio Burnao, del que guardo un gran recuerdo”. Debutó con picadores en la plaza de toros de Vista Alegre en Madrid, toreando cinco novilladas en dicha plaza. Sufriendo una cornada de bastante gravedad por primera vez, fue como podíamos decir el bautizo de sangre de Manuel Carra. A continuación vino uno de los momentos más importantes de su dilatada carrera profesional y fue su debut en la plaza de toros de Madrid en donde sueñan todos y cada uno de los toreros, el ya lo hizo de novillero, esto fue el 14 de junio de 1.959 y se entretuvo en cortar nada menos que tres orejas en Las Ventas, saliendo totalmente catapultado para torear en todas la ferias de España, con unos honorarios que no tenían que envidiar a los que cobraban por aquel entonces algunos matadores de toros. Ha sufrido Manuel Martínez Carra nada menos que quince cornadas, varios accidentes de automóvil, huesos fracturados, así se ha visto en la mesa de un quirófano nada menos que veinte veces, veinte operaciones ha sufrido el matador Castrileño. Entre novilladas sin caballos, novilladas con estos, festivales y corridas de toros se han aproximado a las cuatrocientas reses las que ha estoqueado este magnífico matador de toros. El siempre dice sentirse muy “Granaíno”. Pero lo que hay que dejar muy claro y alto es que Carra no llegó a ser una gran figura del toreo por que lo castigaron mucho los toros, fueron muchas las cornadas sufridas por el diestro de Castril y algunas de ellas de calificación grave o muy grave, en una de ellas le tuvo que ser implantado un aparato ortopédico en una pierna nada menos que durante siete años, cosa que a cualquier otro torero lo hubiera retirado de forma fulminante de esta bendita profesión, pero duro con su suerte y duro sobre todo con su afición y ganas de ser una gran figura del toreo siguió toreando con el mencionado aparato sufriendo dos cornadas más una en Granada y otra en Madrid, a partir de estas ya pareció entender pese a sus ansias de torear que para esta profesión había de estar al cien por cien de facultades y comenzó a pensar en la retirada ya en serio. Manuel Carra tomó la alternativa en la plaza de toros de Madrid, nada más y nada menos, de manos del maestro Antoñete, siendo testigo Dámaso Gómez los toros que se lidiaron aquella tarde pertenecieron a la ganadería de Manuel Cobaleda.
Carra, como ha quedado dicho, ha sido un gran matador de toros y una
excelente persona, querido y admirado por todo el que le ha conocido
y el que le conoce. ¡ENHORABUENA, TORERO! Y QUE DIOS REPARTA
MUCHA SUERTE. QUE DIOS TE BENDIGA Y GRACIAS POR TODO LO QUE NOS HAS
HECHO DISFRUTAR CON TU MANERA DE SER Y ENTENDER EL TOREO. ROGELIO BURNAO Cronista Taurino |