ARQUITECTURA EFÍMERA PARA UNA FIESTA DE TOROS. AÑO 1860

JESÚS DANIEL LAGUNA RECHE

Licenciado en Historia y Profesor de Enseñanza Secundaria

  Los historiadores del arte emplean el término “arquitectura efímera” para referirse a las construcciones que fueron concebidas para un uso breve, efímero, de apenas unos días o quizá semanas, y por ello compuestas por materiales montables y desmontables con rapidez y facilidad, como maderas, terciopelos y adornos de orfebrería, floristería e iluminación. No es una rama artística de poco interés, puesto que algunos de los más grandes arquitectos de la historia trabajaron este tipo de obras por encargo de reyes, nobles y papas, y han quedado trazas y figuras dibujadas de algunos ejemplos, que, por ser encargos de las altas instancias de los gobiernos de lo terrestre y lo espiritual, debieron ser causa del general asombro y la admiración de quienes tuvieron la suerte de verlos. Ejemplos de este tipo de construcciones eran los catafalcos funerarios para honrar a reyes, papas y nobles difuntos durante las exequias; los arcos de triunfo de madera y las portadas, levantados para recibir ilustres visitantes; las portadas de las fiestas patronales (famosas son las portadas de las ferias de Sevilla y Málaga, por ejemplo); los altares hechos en la calle para las ofrendas florales durante las fiestas patronales, etc. Y también son ejemplos de arquitectura efímera los tablados levantados para ubicar al público y cerrar el ruedo en un festejo taurino, de lo que traigo aquí una muestra.
En diferentes números anteriores de esta misma revista se ha escrito acerca de la inexistencia de plaza de toros en Huéscar hasta que en 1945 se inauguró la que tenemos por la iniciativa del empresario don José María Soriano Romo. Diferentes espacios abiertos fueron usados para divertir al pueblo con juegos taurinos, sobre todo el claustro del antiguo convento de Santo Domingo –extinguido en 1835- y la entonces denominada como plaza de afuera o plaza del arrabal, actual plaza Mayor.
Al igual que en los encierros, estas fiestas obligaban a realizar previamente algunas obras de preparación, usando sobre todo madera y clavos, para dejar cerrado el espacio donde se desarrollasen las faenas toreras, y para colocar al público mínimamente protegido. La estructura debía tener una resistencia aceptable para evitar que un toro pudiese traspasarla o saltarla, y para soportar el peso de la gente subida a las banquetas. Dado que estas obras carecían de valor artístico, pues no eran más que estructuras de tablazón de colañas y tablas similares a las usadas en los andamios, cogidas con clavos y cuerdas de esparto,no solían dejar rastro importante en la documentación municipal, más allá de simples referencias en la contabilidad y algún acuerdo del pleno.
En esta ocasión traigo a estas páginas un documento conservado en nuestro Archivo Histórico Municipal, entre los legajos de papeles sin clasificar del siglo XIX. Se trata de un breve ajuste de cuentas elaborado por el encargado por el Ayuntamiento para dirigir los trabajos de construcción y posterior desmontaje de un tablado y organizar la traída de arena a la actual plaza Mayor –previamente limpiada de nieve-para celebrar tres corridas de toros los días 19, 20 y 21 de febrero de 1860, con su correspondiente animación de música, pólvora y juego de cucaña. A través de él podemos saber quiénes hicieron los trabajos; aunque más de un siglo y medio después para nosotros no sean más que nombres de personas olvidadas, de las que por no quedar, no quedan ni sus sepulturas (el viejo cementerio de la Victoria fue clausurado y dio paso al actual de San José en 1913), fueron antepasados de algunos de nuestros paisanos de hoy y no está de más recordar de vez en cuando a quienes nos precedieron. Sin embargo, este ajuste de cuentas sólo recoge los costes de los trabajos de montaje y desmontaje del tablado, y no podemos conocer lo más interesante de un festejo taurino: número de reses lidiadas; procedencia de las mismas; nombre y procedencia de los lidiadores; tipos y precios de las entradas; motivo para celebrar la fiesta (no eran días de las Santas, Nuestra Señora de la Victoria, Santiago apóstol, san Antón, Corpus Christi, etc.); horario de los festejos; si hubo incidencias; destino de las reses muertas, etc.
Conformémonos con lo que nos ha llegado. Ahí va el ajuste de cuentas:
Cuenta de los gastos ocurridos en la formación de un tablado y el cerco de la plaza para las corridas de toros celebradas en los días 19, 20 y 21 del corriente [febrero de 1860], que presentan al ilustre Ayuntamiento Constitucional de esta ciudad los comisarios nombrados por el mismo para intervenir en dicha formación.
-Gastos del día 15.
·A dos carreteros por la conducción de maderas a la plaza, 31 reales y 14 maravedís.
·A Pío Casaubón por ayudar a la carga y descarga, 6 r.
-Gastos del día 17.
·A dos jornaleros que ayudaron a hacer la puerta, 2 r.
·Al carpintero Alfonso de Robles por componer otra puerta, y cuatro clavos de dos cuartos, 3 r.
-Gastos del día 19.
·Al carretero Rallón por hacer dos cargos de tablas, 6 r.
·A varios jornaleros por limpiar la plaza de nieve, 26 r.
·A Alfonso de Robles por componer la puerta del toril, 1 r.
-Gastos del día 22.
·Al carretero Rallón por conducir la madera a los almacenes de que se sacó, 31 r y 14 m.
·A 5 jornaleros que fueron a apilar la madera al almacén de don José Carmona, incluido el que ayudó a cargar, 30 r.
·A 2 jornaleros que fueron al [almacén de maderas] de don José Lópezcon el mismo fin, 5 r.
·Al guarda de la plaza por 8 días a 7 r, 56 r.
·Por la pérdida que ha tenido la madera inutilizada, 48 r.
·Al que ha estado ocupado en la entrega de maderas, 12 r.
·Al maestro Leandro Torreblanca por armar y desarmar la plaza, según ajuste, 280 r.
Total de gastos, 537 r y 28 m.
Huéscar, 23 de febrero de 1860.
Dionisio Vázquez Buendía. Vicente Longuet. + De Silvestre Rivera.
Cuenta de los gastos ocasionados en los tablados y porte de la madera. Se principió [en la] tarde [del] día 15 de febrero.
-Jornales. Pascual Dengra, 7 r. Evaristo Dengra, Justo Pageo y Antonio Sánchez, 5 r. Julián Jiménez, José Fernández, Guillermo Dengra, José Sánchez, Pío García Grande, Tiburcio Sánchez, Luciano García y Felipe Dengra, 4 r.
-Una carga de leña, 4 r.
Día 16 de febrero. Pascual Dengra, 9 r. Evaristo Dengra, Víctor Dengra y Antonio Sánchez, 6 r. Pío García Grande, Guillermo Dengra, Felipe Dengra, Tiburcio Sánchez, José Sánchez, Julián Jiménez, Luciano García y José Fernández, 5 r.

-Día 17 de febrero. Pascual Dengra, 9 r.Pascual García Montañés, 8 r. Evaristo Dengra, Víctor Dengra, Antonio Sánchez, Dimas González, Julián Gómez y Juan García Montañés, 6 r. Felipe Dengra, Guillermo Dengra, José Fernández, José Casaubón, Julián Jiménez, Eusebio Dengra, Miguel Dengra, José Sánchez, Tiburcio Sánchez, Luciano García y Manuel Flores, 5 r.
-En el día 18, 19 y 20 han trabajado cada uno de los que a continuación se expresan día y medio. Pascual Dengra, 13 r y 17 m. Víctor Dengra, Evaristo Dengra, Dimas González, Antonio Sánchez y Juan García Montañés, 9 r. Felipe Dengra, José Fernández, Luciano García, Julián Jiménez, Guillermo Dengra, Manuel Flores, 7 r y 17 m. Pascual García Montañés, 12 r.
-Por 2325 brazas de guita de los presos, a 2 m cada una, 136 r y 26 m. Por las de Manuel Arredondo, Dimas, Casaño, Calamaco y Tomás González, 38-30.
-Una carga de leña, 4-17. Total, 528, 22.
-Para desarmar y demás gastos.
·Manuel Flores, Julián Gómez, Calamaco, Luciano García y Julián Jiménez, 5 r.
·Una carga de romeros, 3-17.
-Día segundo. Manuel Flores, Julián Gómez, Calamaco, Luciano García, Julián Jiménez, José Fernández, Ramón Bautista, alias “Manco”, 5 r.
-Por dos días una carreta para traer la madera a la plaza, 31, 17.
-Por otros dos días para llevar la madera, 31, 17.
-Dados a Julián Jiménez y Luciano García, guardas de noche, 42 r.
-Dado a José María Talavera por entregar y recibir la madera, 24 r.
-Por apilar dicha madera, 45.
-Se han cortado trece costeros en pedazos grandes y pequeños y han tenido de pérdida 26 r.
-Se han quebrado 3 cuartones y otros 3 que se han cortado y han perdido 36 r.
-También se han cortado seis colañas y han tenido de pérdida 9 r.
-Por mis honorarios de 6 días, 60 r.
-Pagado a don Ildefonso Zambudio, 6 r y 16 m que dio para jabón para la cucaña.
-Pagado a Eustaquio Rallón por 2 carretadas de arena, 9 r.
Total de gasto, 912 r y 21 m.
Según la cuenta que antecede, que como encargado por el ilustre Ayuntamiento presenta el que suscribe, asciende a la cantidad de novecientos doce reales y veinte y un maravedís, y para que conste la firmo en esta ciudad de Huéscar a veinte y cinco de febrero de mil ochocientos sesenta. Gumersindo García Montañés. (Rúbrica)
-Hay, aparte del ajuste anterior, un recibo que el día 21 de febrero de 1860 extendió Miguel de Rueda en la cárcel municipal de las brazas de guita entregadas para la obra: 1025 brazas el día 18; 604 el día 19; 629 el día 20, y 67 el día 21.
-También hay un pequeño apunte de cantidades económicas relacionadas, sin mención de nombres de personas, ni cantidades de material: construcción del tablado y la plaza, comida de la comisión de buscar los toros, comida de los vaqueros, cucaña, pan, cohetes, pólvora, pregonero, campanero, trompeta y bizcochos.
En la antigua Roma, las autoridades políticas utilizaban la expresión Panem et circenses (pan y circo) en alusión a la práctica de lanzar bollos de pan al hambriento público que en épocas de carestía presenciaba las luchas de gladiadores, para evitar revueltas sociales. Eso ya no se hace en nuestros tiempos, pero hoy como ayer los cohetes, las comidas y las fiestas a cargo del erario público son un muy útil instrumento para que el pueblo se olvide de sus problemas y deje de dar la tabarra a las autoridades políticas. Un ejemplo más de lo listos que eran los romanos…